Las cifras oficiales confirman el deterioro. Al cierre del primer trimestre de 2025, la deuda de Pemex con proveedores y contratistas alcanzó los 404,000 millones de pesos, lo que representa un incremento del 260% frente al nivel reportado al cierre de 2018, cuando inició el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Buena parte de los adeudos corresponden a trabajos ya ejecutados, algunos con más de un año de antigüedad.
Además del impago, las empresas enfrentan problemas técnicos y administrativos que han frenado el proceso de facturación. Amespac señaló que las fallas en el sistema de Codificación de Pagos y Descuentos (Copade) han impedido a muchas compañías emitir facturas por servicios ya certificados, sin que las autoridades hayan dado solución. Esta situación, advirtió, ha llevado a muchas firmas a operar con severas restricciones financieras.
“A pesar de nuestras múltiples alertas, esta realidad ya nos alcanzó”, expresó la asociación. “La falta de pagos ha conducido al sector de servicios a disminuir significativamente sus actividades. El flujo de caja se encuentra seriamente comprometido y, en la mayoría de los casos, no puede garantizarse una continuidad operativa a partir de julio de este año”.
Frente a este escenario, la Amespac propuso instalar mesas de trabajo con carácter urgente para atender dos temas prioritarios: liberar y reconocer la facturación de los servicios prestados en 2024, y garantizar que en 2025 los pagos se realicen en tiempo y forma conforme a los contratos vigentes. Además, pidió diseñar un programa de pagos para saldar de inmediato los adeudos históricos.
La asociación subrayó que la falta de liquidez de sus afiliados está directamente relacionada con la caída en la actividad operativa en campos petroleros, lo cual repercute en la producción nacional de crudo. “Es indispensable frenar el deterioro del sector y establecer una ruta de solución que permita recuperar su viabilidad”, agregó.
Aunque el nuevo gobierno federal aún no se ha pronunciado sobre el tema, la Amespac espera una respuesta puntual por parte de las autoridades, dado que la situación se ha agravado durante los últimos meses. El llamado ocurre a días de que inicie la transición administrativa en Pemex y en la Secretaría de Energía, bajo el nuevo gabinete de Claudia Sheinbaum.
La presión también crece por parte de contratistas internacionales y analistas financieros, que han advertido que el rezago en pagos representa un riesgo creciente para las metas de producción y para la estabilidad operativa de Pemex, cuya carga financiera ha venido en aumento. Los atrasos en pagos afectan a empresas de todos los tamaños, desde grandes prestadores de servicios hasta pymes regionales.
La Amespac reiteró su disposición al diálogo y su intención de colaborar con el gobierno para estabilizar la operación del sector. Sin embargo, advirtió que sin una intervención inmediata, muchas empresas enfrentarán una suspensión de actividades en las próximas semanas, lo que tendría un efecto en cadena en el ecosistema energético nacional.